Un poquito de nuestra historia
- María Alejandra Eguiguren
- 29 sept 2016
- 7 Min. de lectura
¡Hola! gracias por leernos, espero que este y nuestros próximos artículos te gusten tanto que te quieras quedar, estamos súper felices de compartir nuestra historia contigo.
Soy Mariale, la mamá de Maca, decidí abrir este espacio para poder compartir mi experiencia como mamá junto a mi compañerita de vida que ya se va por los 4 años, esta vez voy a retroceder un poquito el tiempo para contarles de manera puntual como fué que manejé mi embarazo, el parto y los primeros días de Maca en el mundo.
Actualmente tengo 21 años, supe que estaba embarazada a los 17 recién cumplidos, iba en el segundo ciclo de mi carrera, dependía económicamente de mis papás ya que no trabajaba, estaba súper enamorada del papá de Maca, mi relación era increíble y confiaba en que eso era suficiente para llevar mi embarazo como también la maternidad de la mejor forma y salir adelante, pero no... bien dicen que solo de amor no se vive, fue súper difícil desde el momento que me enteré hasta contárselo a mis papás, partiendo por el punto en que yo nisiquiera había asimilado todo al 100%, no me imaginaba con un bebe en brazos en los próximos meses, que seguía... ¿casarme, independizarme? ni hablar, estaba enamorada desde la punta del pelo hasta la punta de los pies pero no estaba preparada para quemar etapas de esa manera, tanto el papá de Maca como yo nos seguiamos sintiendo hijos de papá aún, asi que la notiticia nos cayó como balde de agua fria y en verdad si que estabamos sorprendidos ya que por temas de salud en base a una operación que tuve a los 9 años yo aparentemente no iba a quedar embarazada nunca, si analizamos el tema de manera objetiva, fue una súper noticia saber que si iba a poder ser mamá pero volviendo a pisar tierra simplemente no estaba lista ni era el momento adecuado.
Como es de suponer es una noticia fuerte para los papás, gracias a Dios los míos me apoyaron muchísimo, a mi papá le costó un poco más que a mi mamá pero aprendí a ser paciente y esperar que las cosas se calmen, hoy en día los dos mueren por su nieta y son mi apoyo incondicional en absolutamente todo.
Mi embarazo de por si fue una experiencia que no me gustaría repetir cuando planee tener mi segundo hijo, el malestar que sentí con las nauseas era una cosa de locos, no toleraba ni el agua y por supuesto la comida tampoco, ni siquiera unas galletitas de soda y creo que con eso les digo todo, tuve que estar una semana internada para estabilizarme y recibir todo mediante un suero, en resumen... una experiencia fuerte para una chica que amaba comer las 24 horas del día, no saben lo feo que era ver hasta comerciales de comida ¡y no poder tomar ni agua! Conforme fueron pasando los meses las cosas evidentemente cambiaron, ya sabía controlar los malestares que tenía, me recetaron un par de medicamentos que literalmente me voy a tatuar los nombres en el cuerpo para tenerlos en cuenta cuando decida tener mi segundo bebé.
Los antojos empezaron a llegar y debo agradecer a todas esas personas que se encargaron de traerme desde la torta de chocolate que me provocaba por las noches, hasta el caldo de gallina por la madrugada, pero no sean vivas ah, he escuchado de algunas chicas que ya mandan a sus novios hasta el callao por un ceviche cuando están embarazadas y no tienen ni dos meses, a mi personalmente los antojos me aparecieron al quinto mes.
Mi panza fue creciendo de forma alucinante, empecé mi embarazo con 53 kilos y ya estaba casi en 73 cuando tenia 8 meses, terrible ¿no? mi doctora me quería castigar en la esquina del consultorio cada vez que iba a una cita porque era impresionante como subía de peso, en ese momento no me importaba nada, era una gordita feliz que comía todo lo que encontraba a su paso, ya cuando estaba próxima a dar a luz me traumé pensando que iba a quedar así de por vida.
Mi parto fue la peor experiencia de la vida definitivamente, decidí hacer cesárea por decisión propia así que fue un parto programado, y debo aceptar que no fui nada valiente al tomar esta decisión, para todas esas mamás que dieron a luz natural se merecen el cielo, si pudiese retroceder el tiempo definitivamente optaría por un parto natural, por querer evitar el dolor elegí una cesárea, si quieren mi consejo es muchísimo mejor aguantar un dolor de momento con un parto natural a un dolor que te dura hasta meses con una cesárea, al ser una operación no solo te deja una cicatriz si no que pierdes sensibilidad en esa zona, no puedes cargar peso, no puedes hacer ejercicios un tiempo, sentarte pasa de ser algo normal a un castigo, para colmo me acuerdo que me enfermé de la gripe y me dio tos, cada vez que tosía sentía que se me abría la cicatriz sin exagerar, ponerme la faja post parto fue definitivamente como traer mellizos al mundo, me dolió en el alma pero sé que ayudo muchísimo a recuperar mi aspecto físico y no quedar con kilitos de más.
Regresando al tema del parto, es algo extenso, no quiero minimizar a la clínica donde me operaron pero hasta el día de hoy mi familia sigue pensando que fue como una pesadilla, empezando por el momento que me pusieron la anestesia en la columna, me la pusieron pésimo así que me hincaron dos veces, cuando me recosté en la sala de operaciones sentí que mi cuerpo se adormecía de manera opuesta a la forma en que debió ser, no sentía desde la mitad de la panza hasta la cabeza, me empecé a ahogar con mi propia saliva, los médicos optaron por dormirme cuando empecé a llorar de los nervios, según dicen me puse nerviosa y por eso decidieron dormirme por completo, pero no se puede tapar el sol con un dedo, definitivamente estaba nerviosa pero esto que me pasó fue error de ellos y no mío. Llegó el momento donde el papá de Maca entró a sala de operaciones, en el video que tenemos se ve lo nervioso que estaba, él entró con todas las ganas de ver todo y no perderse nada, cuando sacaron a Maca de mi panza, salió morada por la perdida de oxigeno, no soy médico pero siento que si se demoraban un poco más la historia hubiese acabado mal por culpa de los doctores y enfermeras que estaban a cargo de mi operación , la pusieron en la incubadora, el papi de Maca me vio tan mal que pensó que estaba muerta por el color de mi piel y lo inconsciente que estaba, lo normal es que en una cesárea nace el bebe y lo ponen en el pecho de la mamá para tener el primer contacto físico y en este caso la persona que te acompaña durante la operación puede disfrutar de ese momento también.
Yo pude conocer a Maca casi 4 horas después, mi operación duro casi 2 horas cuando lo normal son 40 minutos si no me equivoco, posterior a eso me llevaron a cuidados intensivos, cuando me desperté no me acordaba de nada, me toqué la panza y sentía que mi bebe ya no estaba adentro, pregunté a las enfermas y solo me dijeron que después iba a tener tiempo para conversar, cuando me dijeron eso entre en crisis porque pensé lo peor, me acuerdo que el papá de Maca entró a verme y mi mamá también, estaba tan dopada que me olvidé hasta los nombres y llegué a un punto de no entender que estaba haciendo en ese lugar y no junto a mi bebe.
Maca nació a la 1:20 pm, me trasladaron a la habitación tipo 5 pm, apenas entre vi a mucha gente, estaba demasiado contenta y sorprendida de ver a tantas personas con muchas ganas de conocer a Macarena, a los 20 minutos me trajeron a Maca y fue un momento increíble, jamás había visto a alguien con tanta ternura y amor, por supuesto me derretí en el primer momento; Aprovecho en agradecer a todas esas personas que fueron con muchas ganas a conocer a Macarena, fue increíble sentir el cariño de tanta gente.
Si mal no recuerdo, nos quedamos tres a cuatro días en la clínica, cuando me dieron de alta era momento de que empiece lo bueno, el papá de Maca y yo vivíamos en un departamento prácticamente solos, mi mamá llegaba por las noches y nos ayudaba mucho con el cuidado de la bebe, yo no tenia ni idea de como cambiar un pañal, aunque no es lo común el primer pañal se lo cambió su papá y él me enseño como hacerlo. En general recuerdo que veía tan chiquita e indefensa a mi bebe que me daba miedo hasta darle de lactar y que se ahogue (me pasó muchas veces, producía más leche que una vaca pero no la supe aprovechar, en otro post hablaré sobre la lactancia porque es un tema importante) o me pasó también que muchas veces cuando Maca hacia siesta o dormía por la madrugada yo me quedaba con el ojo abierto contemplándola porque tenia miedo que deje de respirar, y así mil cosas más que son completamente normales para una mamá primeriza.
Creo que me explayé pero sinceramente podría escribir un libro sobre toda esta experiencia, que fue nueva, difícil, caótica por ratos pero muy gratificante, estoy súper contenta de ver a mi hija tan grande, tan buena de corazón y tan noble que solo me llena de orgullo saber que todo el tiempo invertido en su educación y crianza vale la pena.
Nos vemos en un próximo post, si tienen alguna duda o quieren que toque algún tema en especial no duden en dejarme un mensaje,
¡Besos!
Mariale.

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